domingo, 19 de noviembre de 2017

LOS COMPLEJOS FAMILIARES



                                                 Según  J. LACAN

 
Típicamente se toman las teorías del desarrollo como teorías que dan cuenta de las  particularidades del niño en un determinado momento ; particularidades de su desarrollo afectivo, de la construcción del psiquismo, del pensamiento, de las relaciones con el otro, del lenguaje como algo que pertenece al pasado del niño o al presente, pero que se van a superar cuando llegue a la edad adulta. Se piensan como momentos preparatorios por los que el individuo pasa pero que eso queda atrás.

En el complejo del destete, Lacan introduce la idea de que ese complejo por más que aparentemente se soluciona en el momento en que el niño acepta o no acepta el destete, no quiere decir que quede solucionado sino que aparece en los momentos difíciles. Se juega como una crisis vital y crisis psicológica,  es un destete vital, pero también psicológico, y como tal deja una huella imborrable. Por tanto habrá una vuelta a atrás, a ese situación y a esa crisis, en momentos de dificultad vital o psicológica muy grande.

El psicoanálisis plantea que la forma de vivir ciertas relaciones y ciertos momentos en esas relaciones, no es algo que se supera y queda atrás sino que muchas veces a lo largo de la vida hay nuevos acontecimientos que le reactivan a la persona esas situaciones y lo catapultan atrás y esa vieja herida que la colorea y le hace vivir a uno esa experiencia como algo muy difícil : por ejemplo en el caso del abandono uno se queja del nuevo abandono con el agregado de lo que ha vivido previamente.
Esto nos introduce en otra temporalidad respecto al desarrollo humano.
 Esta idea de temporalidad es la que permite el trabajo terapéutico psicoanalítico porque es la idea de que yo en el presente puedo cambiar el sentido de algo vivido, lo dramático vivido en el pasado para que no me siga atormentando, para verlo de otra forma y no me resulte nocivo, algo que me daña; sino para convertirlo en algo que pueda usar en mi beneficio.
La noción de inconsciente es muy difícil de sostener actualmente, pero si se revisan los estudios de neuropsicología uno se da cuenta de que la memoria es una memoria corporal que está en las neuronas, en la piel, en la sinapsis, que aunque uno no sea consciente, en el aparato neurológico están esas huellas. Así es más fácil entender porqué muchas cosas de las que no somos conscientes se reactivan, se disparan frente a un evento con el cual están asociadas y por el cual se forma una cadena neuronal que inmediatamente trae todo el tono emotivo, de los contenidos de ideas, que tenían esas vivencias.

Cuando se lee a Damasio “El error de Descartes”, parece fácil pensar lo del inconsciente, pero cuando se lee a Freud, no, porque lo que sí tuvo éste fue una intuición fulgurante y que quizá con nuevas investigaciones se podrá entender mejor cómo el aparato psíquico es un aparato corporal.

El psiquismo es corpóreo, son huellas de memoria que están allí repartidos por todo lado. Por supuesto hay muchas cosas que no llegan a la conciencia pero si afectan el tono psíquico con que uno vive las experiencias.

Así se entiende mejor la temporalidad porque nuestro pasado está inscrito en nuestras neuronas, órganos vitales, piel, entonces lógicamente cualquier estímulo adecuado hace que eso se active y se vuelva a sentir. No es cualquier cosa, pero si ciertas configuraciones: pérdida, abandono, humillación. De ahí que el psicoanálisis no esté interesado en las elucubraciones cognitivas, sino en cómo uno es marcado por los afectos y cómo eso le da tono a lo que uno piensa.
En psicoanálisis el trabajo fundamental es desmontar los discursos que uno se ha echado de por qué uno es víctima, por qué le va tan mal en la vida, desmontarlos para que uno vea, reconozca que ha tomado parte pero no los ha querido ver. Porque las racionalizaciones no le permiten ver la totalidad del problema. Lo que uno dice no es cognitivamente explicado sino emocionalmente elaborado. De ahí el problema de comparar cognición y afectividad. Compararlos es dejar por fuera el valor afectivo que tiene para la persona.
Es mirar qué de la historia del niño se revive en el adulto.

COMPLEJO DE INTRUSIÓN  según Lacan

El intruso es aquel que con su aparición, suscita, en quien ya estaba allí, el terror de perder los privilegios, el miedo de verse desalojado del lugar especial que tenía y por tanto lo lleva a una serie de sentimientos sociales, no es la emoción individual; los celos son el arquetipo de los sentimientos sociales, porque es la idea de que la relación de cada uno de nosotros con los demás, no es de confianza, ni de cooperación sino de pensar que el otro me va a quitar mis privilegios. La confianza y la cooperación son construcciones a posteriori para apaciguar y calmar ese primer sentimiento antisocial que sería el más primitivo en los seres humanos.

Lacan trae a cuento la escena  de la infancia de San Agustín que ve a un niño ponerse verde de la envidia por su hermanito de leche, de sentir que otro a ocupado su lugar. La base de los celos no son una rivalidad vital, no está en juego la subsistencia, no es por hambre o por sustento que el niño pelea sino una identificación mental con el otro que ha tomado mi lugar lo que produce tanta rabia.

Lo que el psicoanálisis pone de manifiesto es que los celos infantiles tienen un papel fundamental en la  génesis de la socialización y de ese modo del conocimiento en tanto que humano. Es una relación paranoica con el otro, meterme en la mente del otro.

Cita ejemplos de niños pequeños que se identifican con el otro y pone sus actos a funcionar a través del otro. Desde aquí se esboza el otro como rival: con actitudes de alarde, seducción, despotismo; no es un conflicto entre dos individuos sino entre dos actitudes opuestas y complementarias en cada sujeto. Esta participación bipolar es constitutiva de la situación misma. ¿ Quien es el seductor, quién es el más sojuzgado ? Cada participante confunde la parte del otro con la suya propia y se identifica con el otro. En este estadio la identificación específica  de las conductas sociales se funda en un sentimiento del  otro que no puede sino ser desconocido porque se desconoce su valor completamente imaginario.

El sojuzgado es el que sojuzga. Esa es la fascinación de los hechos sociales que a uno le muestran lo que uno quiere ser o hacer. En el circo, por ejemplo, cuando algún trapecista se va a caer sufrimos porque nos identificamos con su peligro como si fuera nuestro. Continuamente se dan estos sentimientos de identificación que permiten la formación del tejido social, la compasión, la condolencia.

La cultura lo que trata de hacer es que se privilegien estos sentimientos de cohesión y no los que disocian.

Aunque también se puede dar la posibilidad de que se goce con el sufrimiento del otro, que es el caso del torturador.

Como en los celos se da el mecanismo de identificación, pero el mecanismo de identificación rebasa el problema de los celos, es la base de los celos, para que haya celos debe haber identificación con el lugar del otro, con lo que el otro está disfrutando. Por eso no a todos les da celos, porque hay quienes han aceptado que ese ya no es su lugar y aceptan al recién llegado. Es a partir de una identificación con el lugar del otro. En la base existen las dos posibilidades, pero lo que se juega es que cada uno quiere ese mismo lugar. La identificación no es unívoca sino bipolar.

En El juego del deseo de Fracoise Dolto, Página. 94. Se pueden ver las reacciones de celos cuando nace un hermano.

Hay vigilancia visual por parte del hermano. El hermano quiere ser como el lobo, saca pecho. Quería agredir al bebé. Logra la bipolaridad en el momento en que llora porque se pone en el lugar del bebé agredido. Tomó mi lugar y por eso lo muerdo.

Dice Lacan: “La imago del otro está ligada a la estructura del cuerpo propio, la imago del semejante está en función de aquel que tiene una similitud conmigo”. Los niños discriminan quienes son sus semejantes, el sexo, y quienes son niños y quienes son adultos.

La doctrina psicoanalítica nos permite estudiar los celos en una etapa en que no se han dado las preferencias sexuales.

En los primeros años amor e identificación se confunden.

En la mayoría de los adultos se distingue el objeto de amor del objeto de identificación, como formas de relacionarse con el otro no así en el primer año amar a la madre y ser como la madre es la misma cosa. El desarrollo de la vida afectiva exige que esto se separe y que sean personas distintas aquella con la que identificó de aquella que es objeto de amor, proceso que debe darse a lo largo de la vida.

En el caso del hermano hay confusión de las dos relaciones. Siente rabia con aquel que reconoce como igual. Por eso el celoso, adulto, está mas interesado en el rival que en la mujer misma que es objeto de los celos, de él está pendiente cómo es y qué hace. El problema no es con la mujer sino con la relación y con el interés y la fascinación que despierta ese otro. Siente celos de la persona que él se enamoraría, no cualquiera despierta celos, no cualquiera es rival, sino que es alguien que posee unas características que lo hacen digno de ser amado, así sea imaginario.

EL SENTIDO DE LA AGRESIVIDAD PRIMORDIAL

La agresividad es secundaria a la identificación. Se cuestiona a los que sostienen que la agresividad humana está en continuidad con la agresividad animal y que es algo primario. La agresividad es algo que surge posterior a la identificación. La identificación es el mecanismo psicológico fundador de los social y sobre ese mecanismo se puede instaurar o se instaura la agresividad. La agresividad humana no tiene nada que ver con la agresividad animal. Lacan critica a Freud porque no vio el fenómeno de la identificación previa a la agresividad. La agresión no viene inscrita en los genes.

Estadio del espejo: el niño adquiere una imagen de sí que no tiene, esa imagen lo remite al otro como semejante. El ser humano se constituye con una imagen que le da una identidad imaginaria y al hacerlo en el mismo movimiento está constituyendo al otro con minúscula, al semejante. Es como si prestara de ellos, de los otros, la imagen, para colocarla sobre sí. Así como ellos son, soy yo; los constituyo y me constituyo. Eso me crea un vínculo permanente, la posibilidad de siempre poder identificarme con los otros humanos con los que me relaciono. Para odiarlos, agredirlos, amarlos: son rivales o benefactores. Agredir implica reconocimiento del otro. Es una violencia que no tiene que ver por la lucha por la vida.

No es casual que el momento de identificación (estadio del espejo) es cuando surge la angustia del octavo mes.

Cada cara desconocida angustia al niño porque se pregunta ¿ ese otro en qué medida soy yo ?. El niño se hace una idea de su rostro a través del rostro de la madre en el cual se refleja, se ve. Es ese rostro el que lo reasegura en su conocimiento.

Un ejemplo clásico de pérdida de identidad es el del ejercito pierden todos los referentes cotidianos que los despoja y duele como pérdida de identidad. También hay pequeños que no resisten que se les quiten las cosas que traen de la casa. Un abrigo puede ser un contenedor corporal.

Hay un juego en el que el niño arroja objetos, como representación de lo que quisiera hacer con el hermano.

Volviendo al complejo de Intrusión:

Una salida es rechazar al intruso y querer mantener la relación de bebé con la madre o acoger al recién llegado como forma característica del conocimiento humano como rival y compañero con el que se emprende la lucha o el contrato. Encuentra al otro y al sentido se ser sociable.

Se trata de descubrir al otro como un tercero, implicaría constituirlo, de entrada, como aquél que lo separa de la madre, como el rival, pero también con el que puedo llegar a  acuerdos, al contrato; el otro existe, no lo puedo negar, pero puedo llegar a acuerdos con él, hacer pactos, hacer contratos o destruirlo como un rival, que sería lo patológico.

LA FORMACIÓN REACTIVA

Es la reacción frente a una situación que primitivamente no estaba constituida.

En el niño se puede manifestar a través del miedo cuando lo dejan solo. Es la expresión del sentido gregario que se puede interpretar de manera más verosímil así : es la expresión de un deseo de la madre, que el niño transforma en angustia, que se intensifica con la presencia de otro semejante. El sentimiento colectivo se forma poco a poco  en el jardín como efecto de las relaciones entre los niños y sus padres y precisamente a titulo de reacción a la envidia con la que el hijo mayor acoge en un principio la intrusión de su nuevo hermanito. Lo que éste desearía es alejarlo de los padres y recuperar su lugar, despojándolo de todos sus derechos, pero ante el hecho positivo de que también este hermanito como todos los otros es igualmente amado por los padres y a consecuencia de la imposibilidad de mantener sin daño propio su actitud hostil el pequeño sujeto se ve obligado a identificarse con los demás niños lo que le permite crear el sentimiento colectivo o de comunidad que luego experimenta en la escuela un desarrollo interior que se manifiesta en la vida adulta  en la justicia y en un trato igual para todos.

Ver S. Freud en Psicoanálisis de la masas. Instinto gregario cap. 9

“Sabido es con que fuerza y solidaridad se reivindica este principio, si yo no soy el preferido por lo menos que nadie lo sea. Esta transformación de los celos entre los niños de una familia o una clase parecería inverosímil si mas tarde en circunstancias distintas no observáramos de nuevo el mismo proceso. Es el caso del ídolo al que todas las fans comparten, obrando como una comunidad solidaria".

La justicia social significa que renunciamos a muchas cosas para que los demás tengan que renunciar a ellas o lo que es lo mismo, no puedan reclamarlas, esta reivindicación de igualdad es la raíz de la conciencia social y  se une el sentimiento del deber.

El sentimiento de rivalidad fraterna es la base de la socialización, de la relaciones sociales entre adultos y no es simplemente lo que pasa con los pequeños. Así que la rivalidad fraterna lo que hace es fundar relación social y tipos de relación y cómo volver social lo que en un principio significó agresión, rechazo. Resolver esto es lo que le va a permitir a un individuo tener sentido fuerte de relación fraterna, familiar. No es gratuito que sean los hermanos mayores de José los que lo meten en el pozo y lo vendan a los mercaderes, es la revuelta de los mayores, los despojados, Caín y Abel no luchan por el amor de los padres sino por el privilegio de ser mejor a los ojos de Dios. Caín era el mayor. También en el pasaje de Esaú y Jacob, el problema es que Jacob suplanta a su hermano para ser el sucesor de la promesa de Abrahán. Esto no es nuevo, existe en todas las mitologías, en todas las épocas de la humanidad.

En los gemelos, el problema no es tanto de rivalidad sino de individualidad, cómo forjar mi individualidad cuando se vive a (dúo) dos. De hecho la mayoría de los gemelos sostienen una relación muy intensa muy de mimetismo, simbiosis, se dice el uno siente lo que el otro siente.

EL COMPLEJO DE EDIPO

Es una teoría poderosa en tanto que da cuenta:

1º  De cómo se constituye el ser humano con una identidad sexuada, cómo pasar de haber nacido con una sexualidad orgánica a poder asumir eso en la identidad.

2º A partir de allí se definen los objetos de identificación y los objetos de deseo. Uno no solamente se sexual para decir soy hombre o soy mujer sino para desear como hombre o como mujer para identificarse con aquellos que son de su mismo sexo.

Citar el estudio de Edmund y Marie Cecilie Ortiguez  en África sobre el Edipo contando con el marco de referencia simbólico de esas culturas.  Está en el libro El Edipo africano. Da cuenta de cómo se da la inscripción de los niños en la norma y en la cultura a través de su identidad sexuada y a través de saberse uno u otro sexo. Dan cuenta de los tratamientos que hacían que tomaban en cuenta de los ritos de sus creencias, basadas en interrelaciones comunitarias. Está en Español, publicado en Argentina.

Así que el Edipo no se puede entender solo como lo postuló Freud en Viena, porque hay muchas organizaciones parentales que refutan toda la teoría. La teoría se vuelve flexible o se cae. Se trata de repensar los mitos a la luz de las diversas culturas.

En este momento está muy de moda hablar de género y no de sexo haciendo una diferenciación en que sexo es lo biológico y género es la construcción cultural. Desde una perspectiva psicoanalítica no se puede pensar así; el sexo es una construcción cultural que se hace en la historia de vida. Se nace sí con un organismo definido como hembra o como varón, pero la manera de convertirlo en un cuerpo sexuado va a ser diferente de acuerdo con los referentes de masculinidad, feminidad, etc. que  tenga la cultura y la familia en la cual uno se inscribe.   

La evidencia de que el sexo no es solamente orgánico es que las funciones sexuales o de reproducción se pueden transformar con la palabra. Si una mujer infértil, por ejemplo, pasa por un proceso psicoanalítico es muy probable que quede en embarazo. La idea es que el psicoanálisis da cuenta de cómo se construye una identidad sexual a lo largo de toda la infancia y la adolescencia. El deseo no aparece cuando el sujeto está maduro fisiológicamente sino que tiene que ver con toda la construcción de identidad sexuada del niño o niña, y cómo desde allí empiezan las primeras elaboraciones de identificarse con un sexo que se reproduce. Todo esto hace parte de lo que para el psicoanálisis es la construcción de una identidad.

El edipo no es solamente un problema de erotismo, de hacia dónde dirigir el deseo sino de las normas que rigen y controlan el deseo y lo encauzan. Esas normas son de dos tipos que establecen a quién es lícito desear y en qué circunstancias. ¿Es lícito con los del mismo sexo, dentro fuera del matrimonio, de la misma o diferente generación? Son preguntas que los niños hacen porque hay entendido que hay ciertas regularidades y que cuando éstas no se cumplen es que hay una infracción a una norma cultural. No es mera curiosidad sexual, va más allá; el niño trata de comprobar las regulaciones del grupo.

La idea es que regulación de la sexualidad en todas las culturas da lugar a normas que no simplemente son la prohibición del incesto sino la prescripción de con quién sí y con quién no, cuándo, con cuáles, con qué género. Hay, pues, prescripciones muy claras en cada cultura que regulan el ejercicio de la sexualidad y de la reproducción y el niño tiene que ingresar en esas normas y entenderlas.

Por todas estas observaciones se ha tildado a Freud de pansexualista. Para él el problema era el de la norma y el deseo y el juego que hay entre estas dos situaciones y cómo el deseo existe porque existe la norma ; que no es mero instinto animal sino que es efectivamente algo regulado por la prohibición.

Esta regulación que establece con quién sí y con quién no, rápidamente le va a definir al niño una regulación muy precisa y es la prohibición de la relación sexual al interior del grupo familiar sea ésta una familia extensa, unicelular. Además de la prohibición de tener relaciones sexuales entre distintas generaciones: la generación de los padres no puede tener relaciones con los hijos. Es también una regulación del parentesco que exige definir posiciones. Y la definición de posiciones es la de que nadie puede ocupar doble casilla en el parentesco. Una persona no puede ser al mismo tiempo esposo e hijo, sólo puede tener una relación de parentesco, tener dos implica una violación de la norma, de ahí que modernamente se estén presentando tantos líos.

La idea es que los niños tienen que aprender que ellos no pueden ser al mismo tiempo hijo de la mamá y compañero - esposo de la mamá. Si tu eres mi hijo no puedes casarte conmigo cuando seas grande porque rompes dos prohibiciones : 1º la endogamia y 2º la mezcla de generaciones.

Los padres espontáneamente enuncian la regla como prohibición, o como postergación. Te casaras con alguien de afuera y de tu generación.

Aunque también cuando hay transgresiones a estas normas para los niños es muy difícil tener un lugar simbólico en su familia cuando no se le significan estas normas en la forma de vivir la familia. Porque lo interesante es que el niño va entrando en la organización simbólica de la cultura que rige las relaciones de las familias, de la sociedad no porque le den lecciones, ni porque les enseñen genealogía sino porque por el trato cotidiano, por lo permitido y lo prohibido por lo prescrito y lo que se enuncia a nivel de la cotidianidad, es lo que le va a permitir al niño construir todo el entramado del parentesco y hacerse un lugar en esa familia.

Los niños construyen esa genealogía y en la medida en que lo hacen esto no es un proceso imaginario, sino a nivel simbólico de fusión o distancia. A veces el trato familiar les impide establecer el lugar de hijo porque cuando uno está en fusión no se reconoce individuo, pero cuando es rechazado tampoco se logra reconocer miembro afectivo es esa familia porque no lo quieren. En ambos casos los problemas de afecto mal manejados impiden y dificultan al niño establecer un lugar simbólico, pero cuando se trabaja sobre lo simbólico a través de que el niño reconstruyera cómo era su familia, quién era quién en su familia, qué lugar ocupaba si su papá tenía relaciones de alianza, fraternidad lo que permite al mismo tiempo establecer las generaciones y las relaciones de unos con otros y la transmisión de los apellidos.

En la medida en que el niño logra construir esto se apacigua y se calma respecto a la relación con su familia y puede vivir de mejor manera el hecho de no ser tan querido y tan amado porque era parte de esa familia. Y cuando se daban relaciones de fusión si vimos que se presentaban dos posibilidades o bien el niño no volvía porque la familia no le permite o se producían cambios en la dinámica familiar para que el niño viviera cambios para que se resolviera esa situación fusional, que a los 7 años no lo tenían resuelto, no en su deseo con las niñas, sino en el aspecto del aprendizaje.

La teoría del Edipo no es la de que el niño se quiere casar con la mamá sino precisamente cómo el niño construye la idea de los lugares generacionales que es doble: quién está autorizado en las relaciones  con esta persona que es mi mamá, con éste que es mi papá que puedo yo esperar de esas relaciones, cómo me está permitido quererla con un amor filial y no con un amor erótico. O cómo me está permitido identificarme con él pero no destruirlo ni matarlo.

Esta mirada es más interesante  porque resulta de los niños hasta los cinco años viven con una idea de omnipotencia muy grande en la que ellos a través de sus fantasías quisieran cumplirlas y las apoyan su virilidad en los padres y en sus fuerzas que le ayuda a establecer sus lugar. Son ciertos imaginarios donde la potencia viril les permite pensarse lo máximo y es cuando debe ocurrir una situación muy singular y es que para poder salir de la situación edípica, él tiene que aceptar que no hay omnipotencia ni en él ni en ese personaje parental que representa la potencia máxima.

Aceptar la mortalidad, situación bastante complicada para un niño y que uno pocas veces reconoce que los niños se estén planteando. La idea es que él tiene que aceptar que cuando crezca va a tomar el lugar del padre y el padre va a decaer y morir. Es la sucesión de las generaciones, el reemplazo generacional que se da en la medida en que el niño acepte la no omnipotencia del padre su mortalidad  y que el padre está sujeto a las leyes establecidas por la sociedad y a las leyes de la vida implican que todos los seres humanos nacen, crecen, se casan y mueren y que la generación que sigue establece el relevo. Se trata de aceptar la muerte, la sucesión de generaciones, de que los seres humanos no somos inmortales y que hay un orden en el parentesco y las generaciones.

El edipo tiene que ver con ocupar un lugar como persona sexuada en una organización social de acuerdo con las regulaciones de esa organización social y que tiene que ver con las reglas de la vida y de la especie. Todos nos vamos a reproducir, envejecer, morir. Y el niño lo que tiene que interiorizar es  eso. No la prohibición simple de que no toque a su mamá sino la norma cultural de cómo ser femenino o masculino en esta sociedad.  Esta es  la castración: la aceptación de la muerte y la aceptación de la prohibición de estar en dos lugares genealógicos.

Por todas estas situaciones es que para el psicoanálisis la sexualidad es algo fundamental, pero no la sexualidad genitalidad, sino con el hecho de asumir una identidad sexual con todas las dificultades que eso implica

Cómo regular la sexualidad, cómo nos constituimos como seres sexuados, y cómo  esto nos permite establecer relaciones con los demás.


Los complejos familiares
 Complejo en psicoanálisis es una serie de reacciones que pueden involucrar a todas las funciones orgánicas desde las emociones hasta las conductas adaptadas del sujeto.

El complejo reproduce la realidad del ambiente y lo hace en dos aspectos:

1º  Representa una realidad en lo distinto en una etapa del desarrollo psicológico.  La etapa señala la génesis.

2º  Cuando se manifiesta repite lo que se vivió cada vez que se producen ciertas experiencias que exigirían una actitud diferente, superior a esa realidad.

Dependiendo de la cultura, el complejo, se manifiesta de manera diferente en su forma y en su contenido.

El complejo es del dominio de la cultura que desempeña el papel de organizar el desarrollo psíquico. Un psiquismo construido en drama de las separaciones que ayudan a crecer.

Es necesario conocer en qué consiste el estadio del espejo descrito por Lacan para entender los complejos familiares.

El estadio del espejo se detecta a partir de los ocho meses que es cuando el niño comienza a reconocerse. El niño descubre su imagen especular (la del espejo) distinta a él mismo; cuando al mirarse en un espejo ve a la madre que viene a buscarlo por detrás y se voltea para recibirla. 

El niño construye la imagen de sí mismo cuando mira a la madre y esta le devuelve la mirada de reconocimiento. Este es el llamado monitoreo de la mirada de la madre. El niño está pendiente de sus gestos. Es la madre o persona que lo cuida la que lo dota de una imagen de sí. Es la imagen ideal que cada uno va construyendo de sí mismo, la imagen corporal y la que cada uno comienza a aceptar de sí, de ahí que esa imagen sea una construcción mental. “Yo soy uno como los otros”,  lo que permite la identificación y que es lo que no sucede con los animales. Parte de esa identidad es el nombre.

Todo esto se puede observar en  la teoría de Tomasello que muestra los mecanismos psicológicos de la relación social; de lo social como fundador del psiquismo. Es la interacción con el otro la que permite constituirse como sujeto. De todo esto surge una concepción de sujeto, la de  que se constituye a partir de la cultura y de la relación con los otros.

La cultura como el nicho donde se construye la realidad a partir del contexto en que se está inscrito.

El adulto es un vehículo, es quien guía, crea situaciones de instrucción que Vigotsky llama ZDP ya que  en un primer momento el adulto le presta al niño su saber y sus habilidades.

DESTETE

Para Lacan el amamantamiento es diferente en cada cultura.

El drama del destete no es el de dejar la leche o el biberón sino de la separación de la fusión con la madre. Que oscila entre aceptarlo o rechazarlo. El niño tiene que empezar a ser él. Todas estas situaciones están ligadas a manifestaciones culturales y patológicas arcaicas.

La ablactación es la quitada del seno. El destete es la separación psicológica de la madre. Esta situación vivida traumáticamente  o no deja una huella en la relación.

Lacan ve en esta experiencia vital humana una situación que moldea las vivencias del sujeto ya que las particularidades de la relación con la madre hacen que esta experiencia sea única.

El destete psíquico deja una huella imborrable que reaparece en las crisis existenciales.

Entender la realidad psíquica de esta manera, introduce otra temporalidad: la reactualización del pasado que da un matiz diferente a las vivencias. Se trata de una memoria corporal ya que todas las vivencias quedan inscritas en el cuerpo.









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Profesora: Martha Lucía López H.
Notas de clase

Recapitulación sobre el aporte del psicoanálisis a las teorías del desarrollo.
Traducido  por María Cristina Tenorio