jueves, 23 de agosto de 2018

Consejos de la Psicología para superar la Pérdida de un Ser Querido





 Perder a alguien a quien queremos siempre supone un duro golpe vital, pero el duelo es un proceso natural por el que la persona atraviesa una serie de fases, no siempre de forma lineal, tales como el shock, la rabia, la negociación, la depresión y la aceptación. Hay individuos que se quedan enganchados en el proceso, enquistados en el dolor, por lo que en ese caso los expertos aconsejan pedir ayuda para alcanzar la serenidad.
Cuando una persona sufre la pérdida de un ser querido, el abismo se abre bajo sus pies. El dolor se hace presente y la digestión de la ausencia tarda tiempo, depende de cada persona, porque, «no hay dos duelos iguales».
Hay que recordar que el duelo es natural, una reacción de adaptación a la nueva situación tras el fallecimiento o perdida de una persona significativa en nuestra vida y lleva tiempo. «Cuando una mujer o un hombre enviudan después de 30 años de relación, toda la vida se rompe y hay que reorganizarla. Toda pérdida es la ruptura de un proyecto vital, la persona experimenta que su vida se para en un momento porque una parte de sí se ha ido», reflexiona. «Muchas muertes son súbitas, por accidentes, enfermedades rápidas, ese shock necesita su tiempo, y depende de las circunstancias de la muerte y de la importancia del vínculo con el fallecido que necesitemos más o menos tiempo para integrar la experiencia».

El duelo no es sólo psicológico. «Hay una sintomatología a nivel físico, emocional, cognitivo, y de comportamiento. Duele el alma, duele el cuerpo, duele la vida», recalca. Hay veces, explica, que la persona se queda «retenida» en el proceso de duelo. «Si a los dos o tres años de la pérdida, en la persona no empiezan a aparecer indicadores de aceptación, tranquilidad interna, el duelo es complicado».
Cada duelo pasa por unas fases bastante comunes según los estudios de diversos autores, aunque esas fases no son compartimentos estancos, sino que pueden coexistir, el individuo puede ir hacia adelante y hacia atrás. Aquí nada es matemático.
La primera fase sería el shock. «Aquí sobreviene la negación, todo parece irreal, un sueño, cuando escuchan la puerta de casa creen que se va a abrir y va a entrar el fallecido; la negación es un mecanismo natural hasta aceptar el impacto».
Luego llega la rabia, «el mundo sigue y yo no, hay rabia contra el fallecido, ¿por qué te has ido?, contra la vida, porque lo consiente y si es una persona religiosa puede haber rabia contra Dios», explica. Con la rabia se empieza a aceptar que lo ocurrido es real, y hay mucha incertidumbre, «¿qué va a ser ahora de mí?».
 En la fase de la negociación, «pretendemos hacer una suerte de pacto de cambio, de ser mejores. Haríamos lo que haga falta con tal de que las cosas vuelvan a ser como eran o que por lo menos encontremos sentido y paz interior en este caos», aclara. En la fase de la depresión se siente la pérdida en toda su dimensión. La persona es consciente de que la vida no será la misma. «Hay interiorización y necesidad de elaborar los recuerdos, repasar la vida conjunta y sanear asuntos pendientes y finalmente 
La fase de aceptación donde estamos disponibles otra vez para reinvertir energía en la vida».
«No es un proceso lineal, hasta que la persona no reelabora su proyecto de vida pasa por las distintas fases, hay avances y retrocesos. El indicador positivo de que el duelo se está superando es cuando predomina esa emoción serena, aceptación, gratitud por lo vivido y compartido, se recuerda a la persona con nostalgia, no con ese dolor lacerante de las primeras fases», recalca. Incluso en los duelos anticipados, donde los familiares saben que el final va a llegar, y ven como se apaga lentamente su ser querido por una enfermedad irreversible, se pasa por estas fases que, como incide esta psicóloga, no tienen por qué darse el orden cronológico, sino que en muchas ocasiones coexisten.
Hay una serie de pistas para elaborar el duelo:
permitirse el proceso,
* abrir el corazón al dolor,
* ser conscientes de que recorrer el camino requiere tiempo;
* se aconseja ser amable con uno mismo,
 *no tener miedo de volverse loco,
 *aplazar las decisiones importantes,
 *no descuidar la salud,
 *agradecer las pequeñas cosas,
  *pedir ayuda,
  *procurar ser paciente con los demás,
 *mucho descanso,
 *una pizca de diversión,
 *confiar en los propios recursos para seguir adelante,
 *aceptar lo irreversible de la pérdida,
*conocer que,elaborar un duelo no es olvidar,
 *aprender a vivir de nuevo, centrarse en la vida y en los vivos y definir la propia postura frente a la muerte.
 
Irse haciendo preguntas a lo largo del proceso. «¿Qué ha significado esto en mi vida?, ¿qué emociones me despierta?, ¿qué necesito? , ¿qué o quién me puede ayudar? , ¿qué recursos tengo para superarlo?, ¿cómo reconstruir el proyecto de vida?, ¿ qué es importante ahora para mí? Y revisar las prioridades», señala. Los libros sobre duelo ayudan, también llevar un diario en el que reflejar la experiencia de sentimientos y pensamientos, los rituales, hacer un álbum de fotos y reordenar la vida conjunta o escribir cartas al fallecido. Y, por supuesto, los grupos en los que se trata de que la persona tenga herramientas y prevenir duelos complicados. «Y recordar que si la persona está estancada, enquistada en el dolor, que pida ayuda, porque hay duelos difíciles. Se sabe hoy en día que muchos problemas de ansiedad y depresión tienen en su base duelos no resueltos», explica, para concluir: «No hay dos duelos iguales».
El duelo emocional es el proceso de adaptación necesario que debe pasar cualquier persona que ha experimentado una pérdida, para recuperar su equilibrio y su bienestar. Se ha hablado mucho de las fases del duelo, también del duelo en una ruptura de pareja (negación, culpa, desesperanza, rabia y aceptación), pero conviene saber que este período tendrá una duración e intensidad diferentes en cada caso, que se producirán avances y retrocesos, se sucederán las fases de un modo a veces no muy lineal, o se mezclaran esas fases. Lo importante, es tener la seguridad de que nuestra intervención es la que logrará que el duelo emocional sea lo menos doloroso, y que de él podamos obtener un aprendizaje útil para nuestra vida.
 
Es comprensible que en los momentos iniciales del duelo sea difícil ver algo positivo en esta vivencia, pero aprender a manejar las emociones y los pensamientos puede hacer que esta experiencia sea una oportunidad para nosotros, una oportunidad de aprender, de crecer y de ser personas más capaces emocionalmente.
El tratamiento para superar una ruptura
Es fundamental que la persona comprenda qué está sucediendo en este proceso, cómo están funcionando sus Emociones, Pensamientos, Sensaciones Físicas, y cómo y por qué se está alterando su Conducta. Comprender estos cambios, es muy importante para sentirnos menos angustiados o angustiadas, y recuperar paulatinamente el control y el equilibrio.
La clave es entrenar nuestra forma de pensar y valorar correctamente tanto a la persona que hemos perdido, como a nosotros mismos o a nosotras mismas. La Autoestima es muy importante para superar una ruptura sentimental. Se producen errores en el modo en el que valoramos a la persona que hemos perdido, idealizándola o negándola, pero sobre todo se produce un juicio hacia uno mismo o una misma en muchas ocasiones injusto y cruel que no nos ayuda a avanzar.
    El psicólogo o psicóloga tiene como objetivo guiar, enseñar y entrenar, para que la persona avance con fluidez y con el menor sufrimiento, pero aun más importante, para que consiga obtener un aprendizaje emocional al superar una ruptura, que le servirá para su vida futura, para decir cuándo y cómo serán sus nuevas relaciones afectivas.
Una separación o ruptura de pareja es un acontecimiento muy estresante y complejo a nivel emocional. Se experimenta como “pérdida”, pérdida de un proyecto en común y de muchas ilusiones personales. No es fácil superar una ruptura, pero es muy importante saber que esta y otras pérdidas emocionales pueden superarse. Para manejar esta intensa y a veces desbordante emoción, hay que reconocerla, comprender cómo funciona y aprender a dirigirla, en vez de que ella nos dirija a nosotros o a nosotras.
Superar una ruptura: El Duelo Emocional
Cada ruptura tiene características diferentes, por las circunstancias en las que se produce, pero sobre todo, por la psicología de las personas que viven la ruptura. No obstante, hay algo que es común a todos los procesos para superar una ruptura, es lo que llamamos: duelo emocional.
El duelo emocional es el proceso de adaptación necesario que debe pasar cualquier persona que ha experimentado una pérdida, para recuperar su equilibrio y su bienestar. Se ha hablado mucho de las fases del duelo, también del duelo en una ruptura de pareja (negación, culpa, desesperanza, rabia y aceptación), pero conviene saber que este período tendrá una duración e intensidad diferentes en cada caso, que se producirán avances y retrocesos, se sucederán las fases de un modo a veces no muy lineal, o se mezclaran esas fases. Lo importante, es tener la seguridad de que nuestra intervención es la que logrará que el duelo emocional sea lo menos doloroso, y que de él podamos obtener un aprendizaje útil para nuestra vida.
    Es comprensible que en los momentos iniciales del duelo sea difícil ver algo positivo en esta vivencia, pero aprender a manejar las emociones y los pensamientos puede hacer que esta experiencia sea una oportunidad para nosotros, una oportunidad de aprender, de crecer y de ser personas más capaces emocionalmente.
El tratamiento para superar una ruptura

Es fundamental que la persona comprenda qué está sucediendo en este proceso, cómo están funcionando sus Emociones, Pensamientos, Sensaciones Físicas, y cómo y por qué se está alterando su Conducta. Comprender estos cambios, es muy importante para sentirnos menos angustiados o angustiadas, y recuperar paulatinamente el control y el equilibrio.
La clave es entrenar nuestra forma de pensar y valorar correctamente tanto a la persona que hemos perdido, como a nosotros mismos o a nosotras mismas. La Autoestima es muy importante para superar una ruptura sentimental. Se producen errores en el modo en el que valoramos a la persona que hemos perdido, idealizándola o negándola, pero sobre todo se produce un juicio hacia uno mismo o una misma en muchas ocasiones injusto y cruel que no nos ayuda a avanzar.
   
Lo que sigue a continuación, trata de las pérdidas emocionales y de cómo manejar la tristeza, una de las emociones que primero aparecen al superar una ruptura. 
Superar una ruptura
Las pérdidas emocionales. Cómo manejar la tristeza en el duelo.
Podemos superar una ruptura de pareja y convertirla en una oportunidad de crecimiento personal.
Una ruptura de pareja es uno de los eventos vitales que generan mayor impacto emocional. Conocer y comprender este proceso es esencial para superarlo, avanzar y renovar la ilusión y la motivación perdidas.
Los pensamientos negativos en la ruptura de pareja
¿Por qué a mi? ¿Qué voy a hacer? Lo necesito. No volveré a sentir así. No aguantaré este dolor. Después de tanto tiempo juntos. Lo es todo para mi
    En estos momentos lo normal es tener pensamientos catastrofistas, pero recuerda que estos pensamientos, no por tenerlos van a ser ciertos.
Tener pensamientos catastrofistas no significa que vayan a cumplirse
La ruptura de pareja, posiblemente es una de las situaciones más complejas emocionalmente por las que podemos pasar. Nos sentimos tristes, sentimos rabia, culpa… Pero estas emociones son normales y las podemos gestionar. Dependen de nosotros.
    Una oportunidad para realizar cambios necesarios en nuestra vida.
    Una ruptura no solo es la pérdida de la pareja, también cambian muchas cosas en nuestra vida, nuestras amistades, nuestra casa, nuestro estilo de vida… y todo eso son pérdidas que requieren de un proceso, de un tiempo, como cualquier otro duelo.
Una ruptura familiar es una pérdida, y como tal requiere de un duelo emocional

Fases:
1. Impacto. Negación. Aislamiento. No aceptar.
En un primer momento es una fase de shock, donde sentimos un montón de emociones que nos desbordan. Esta primera fase hace que nos asustemos y que nos centremos en las y nos desborden.emociones 
2. Confusión. Dudas. Contradicciones. Ira.

Hay un segundo momento que pasas de una especie de montaña rusa. Tienes sentimientos diferentes. Por una parte crees que puedes con esta situación, pero por otra sientes que no lo vas a superar.
3. Análisis. Examen. Tristeza. Rumiación.
Hay otra fase donde le dedicamos mucho tiempo a revisar la relación. Intentamos encontrar sentido a lo que ha pasado. Nos hacemos preguntas, si lo podríamos haber hecho de otra manera. Es un momento en el que le damos muchas vueltas a las cosas, y tenemos que ser cautelosos con esto.
4. Aceptación. Ilusión. Normalidad. Motivación.
Con el tiempo el dolor se va reduciendo. Llegas a un momento de mas calma, donde empieza a aparecer ilusión, y miras al futuro de otra manera. Y aunque en ocasiones te acuerdes de tu expareja, sientes que esa etapa ya ha pasado.
Consejos para avanzar. Recuperar la normalidad
1. Aceptación. Ten paciencia.
Acepta lo que te ha sucedido. No te impacientes. Todos los duelos necesitan de un tiempo.
2. Emociones. No las tengas miedo.
No tengas miedo a las emociones que estás sintiendo. Entiende que son emociones normales. Pueden aparecer rabia o celos. No te dejes llevar por ellas.
3. Pensamiento. No seas alarmista.
Cuida tu forma de pensar sobre ti y sobre tu futuro. No seas alarmista.
4. Obsesión. Pasa página.
Estar atento, intentar obtener información sobre tu “ex”, estar obsesionado en redes sociales, no es conveniente. Ten cuidado con esto.
5. Realismo. Confía en superarlo.
Ten expectativas realistas sobre ti y sobre lo que va a pasar. Vas a volver a estar bien.
6. Normalidad. Recupera tu vida.
En estos momentos lo normal es no sentirse bien del todo, pero intenta volver a tu vida normal, salir con tus amigos, volver a tus actividades. Eso te va a ayudar.
7. Expresividad. Cambia de tema.
En estos momentos es normal que te apetezca hablar de todo lo que ha sucedido; hablar de ello con tus amigos es bueno, pero céntrate en otros temas.
8. Oportunidad. Crece como persona.
Aprovecha este momento para pensar en ti. Es una oportunidad para recuperar actividades que habías dejado de hacer o para buscar otras que te gusten.
9 Se eficaz y práctico recurre a un Psicólogo o psicóloga
No siempre estamos en un momento con la capacidad para superar lo que nos está pasando. Si esto te supera cuenta con un profesional para  hacer que este proceso sea más sencillo para ti.
Conclusión
Una ruptura es un proceso natural por el que todos podemos pasar en nuestra vida. Pero también lo podemos ver como una oportunidad de crecimiento y de aprender con esta experiencia. Cómo lo vivamos depende de nosotros.

Lic. Diana Gurny




El psicólogo o psicóloga tiene como objetivo guiar, enseñar y entrenar, para que la persona avance con fluidez y con el menor sufrimiento, pero aun más importante, para que consiga obtener un aprendizaje emocional al superar una ruptura, que le servirá para su vida futura, para decir cuando y cómo serán sus nuevas relaciones afectivas.

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